Día 37

El Ayuno trae Liberación

La liberación tiene lugar cuando ayunamos. Cuando matamos nuestra carne e invitamos al Señor a entrar, todo espíritu, excepto el Espíritu Santo, tiene que irse. Después de que Jesús ayunó, el diablo lo dejó. Hay cierta liberación que solo experimentarás cuando estés ayunando. En Mateo 4, después de que Jesús ayunó durante 40 días y resistió la tentación de Satanás, dice: “y el diablo lo dejó”. El ayuno trae liberación. Liberación es un nombre de Dios. Jehová Mephalti: El Señor que libra. Él nació del espíritu y se hizo carne, pero nunca permitió que Su carne lo gobernara. Somos nacidos de la carne y debemos renacer del Espíritu. ¡La liberación es cuando tu carne se somete al Espíritu Santo! Pregúntale si hay algo de lo que necesites liberarte hoy. ¡Permaneces en la esclavitud cuando tu carne te guía y experimentas la liberación cuando el Espíritu Santo te guía! Cuando ayunamos, el Espíritu Santo nos está guiando.

Mientras ayunas hoy, pase tiempo orando en lenguas, adorando y clamando por liberación.

Oración:
Espíritu Santo, te invito a entrar. Declaro que ningún espíritu sino el Espíritu Santo es bienvenido aquí. Rodéame con canciones de liberación. Quiero que tu espíritu gobierne mi carne. Dame la gracia de vencer el pecado de mi carne. Someto mi carne para que me guíes. Quiero experimentar la liberación que proviene del ayuno. Enfoco mi mente y mi corazón en Ti y creo que Tú me librarás. Amén.

 

Escritura:

Gálatas 5:17-18 NVI

17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

 

Mateo 26:41 NVI

41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

 

Salmos 31:5 NVI

En tu mano encomiendo mi espíritu;

Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.

 

Salmos 34:4 NVI

Busqué a Jehová, y él me oyó,

Y me libró de todos mis temores.

 

Salmos 32:3-7 NVI

Mientras callé, se envejecieron mis huesos

En mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.

Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;

Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;

Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.

Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;

Con cánticos de liberación me rodearás. Selah

  

Salmos 91:15 NVI

15 Me invocará, y yo le responderé;

Con él estaré yo en la angustia;

Lo libraré y le glorificaré.

 

Mateo 6:13 NVI

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

Salmo 59:1 NVI

Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;

Ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

 

Mateo 4:11

11 El diablo entonces le dejó;

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